Aunque en los primeros días de la pandemia se produjeron numerosas anécdotas humorísticas sobre trabajadores cuyas reuniones se veían interrumpidas por niños, mascotas o el ruido del vecindario, el cambio se tornó serio cuando las organizaciones empezaron a enfrentarse a cuestiones más difíciles. Estas cuestiones se centraron en numerosas áreas complejas, como las lesiones en el trabajo y las indemnizaciones a los trabajadores. Aunque pueda parecer que el trabajo desde casa es un entorno seguro y controlado, los empleados pueden sufrir lesiones graves y trastornos debilitantes.
Algunos sectores, como los de la construcción, la maquinaria pesada o el transporte, probablemente no experimentarán cambios significativos en los tipos de lesiones sufridas o en el índice de accidentes laborales. Otros sectores, sin embargo, podrían experimentar un cambio drástico. Las ocupaciones que se centran en gran medida en trabajos de oficina, administrativos o técnicos probablemente experimentarán un cambio por numerosas razones, entre ellas:
Muchas personas asumieron automáticamente que cuando las organizaciones trasladaran la plantilla a un modelo de trabajo desde casa, se produciría una disminución significativa en lesiones por accidentes laborales. Este podría ser un beneficio oculto del nuevo modelo organizativo y, en última instancia, un ahorro de costes. Desgraciadamente, los trabajadores de numerosas profesiones no han visto un cambio drástico en los accidentes, sólo un desplazamiento a distintos tipos de zonas problemáticas y una evaluación de riesgos más exigente.